martes, 9 de febrero de 2016

ANALISIS DE COMERCIO EN VENEZUELA Y LA CRISIS INTERNACIONAL


El comercio de Venezuela frente a la crisis financiera internacional

El tema del comercio en América Latina a las puertas de la actual crisis financiera internacional y las implicaciones de este patrón comercial para las políticas dirigidas a confrontar la crisis. Sin embargo, el tema del comercio no se puede tratar en forma aislada de otros aspectos de la actual crisis financiera internacional al formular las políticas adecuadas. Por lo tanto, vale la pena mencionar datos generales relacionados con América Latina en el artículo anterior, pues estos tienen vigencia igualmente para Venezuela.


          "Lo primero y principal es que en la recesión internacional se reducirá abruptamente o colapsará la inversión privada. Éste es el mecanismo más importante que hará que la economía caiga en una profunda recesión. Por lo tanto, el aspecto fundamental para enfrentar la crisis económica es emprender un programa de inversión pública que permita mantener el nivel general de inversiones en la economía. Este tipo de programas de inversión pública debería tener el objetivo inmediato anticíclico de evitar una caída de la demanda, el cual es un aspecto directamente keynesiano, y un objetivo estratégico de mejorar la eficiencia de la economía. Por esta razón, en muchos casos, la forma más fructífera de inversión es la inversión en infraestructura.


         En segundo lugar, el núcleo de la actual crisis económica internacional está dentro del sistema financiero. En la mayoría de los países, entre ellos Estados Unidos, se está llevando a cabo un programa de nacionalización de bancos e instituciones financieras, entre las que se encuentran Citigroup, AIG, Fannie Mae y Freddie Mac, Royal Bank of Scotland, Northern Rock, Bradford y Bingley, entre otros.



        Tercero, debido a la crisis financiera, se reducirá el financiamiento privado a grandes empresas, como se ha visto en el caso de la industria automotriz de Estados Unidos y otros países. Los gobiernos están interviniendo para tomar grandes participaciones accionarias o para nacionalizar completamente dichas compañías a cambio de la ayuda financiera necesaria para sostenerlas durante el bajón.


         Cuarto, debido a la crisis financiera, los bancos privados reducirán drásticamente sus créditos o dejarán de concederlos a empresas pequeñas y medianas. Por lo tanto, se debe desarrollar nuevos mecanismos, a menudo pasando por encima de los bancos privados, para mantener el crédito a dichas empresas.


         En quinto lugar, debido a la crisis financiera, los créditos hipotecarios se contraerán fuertemente o se agotarán; en el Reino Unido, por ejemplo, los nuevos créditos hipotecarios han caído 80 por ciento y un proceso similar está ocurriendo en Estados Unidos. Esto, a su vez, creará una crisis en la industria de la construcción. Se debe crear nuevos mecanismos de créditos para viviendas e iniciar una fuerte intervención del Estado en este sector.


        Sexto, aunque estén preparados los programas de inversión estatal, es vital impedir una caída de la demanda en la economía manteniendo el nivel de vida y el poder adquisitivo de la población, a fin de proteger la difícil posición de las finanzas de las empresas durante la recesión, sin colocar sobre ellas la presión de costos salariales adicionales; esto se podría lograr mediante medidas tales como reducción del impuesto sobre las ventas o el aumento de los programas sociales del Estado.


         En séptimo lugar, a pesar de estas medidas, aumentará el desempleo, en particular debido a la situación del sector privado. Se debe emprender o fortalecer acciones como la creación de puestos de trabajo y la protección de los desempleados.

       Octavo, la recesión internacional ya ha conducido a una baja de los precios de las materias primas, incluyendo el petróleo, lo que provocará una reducción de ingresos en los presupuestos del Estado. Sin embargo, en condiciones de recesión, en todos los países se produce una expansión del déficit presupuestario en un sentido keynesiano y, por lo tanto, no debe haber recortes en el gasto público equivalentes a la caída de los ingresos.

       A partir de esta lista de medidas clave para enfrentar la crisis económica internacional es evidente que las políticas de la oposición venezolana serían catastróficas y están completamente desfasadas con respecto a las que se están adelantando en todos los demás países del mundo; mientras tanto dicha oposición busca debilitar, en lugar de fortalecer, el papel del Estado en la economía. En todos los países del mundo se está produciendo una gran expansión de la intervención del Estado en la economía con el objeto de enfrentar la crisis financiera internacional. Por consiguiente, las políticas de la oposición venezolana empeorarían considerablemente las posibilidades de Venezuela para abordar los problemas económicos internacionales.


       Dentro del contexto general ya descrito, el tema del comercio internacional ocupa una posición preponderante. Uno de los principales factores que condujo a la profunda depresión económica después de 1929 fue el derrumbe del comercio internacional. Una caída del comercio mundial también deprimiría gravemente el precio de las exportaciones de materias primas, incluyendo el petróleo, con lo que se intensificarían de manera significativa los problemas presupuestarios de Venezuela.


       Venezuela y América Latina en general tienen, por ende, gran interés en mantener el comercio internacional durante esta crisis económica".


        El presente artículo examina los parámetros generales y las posibilidades objetivas del comercio en Venezuela dentro del contexto de la actual crisis económica internacional.

        Los rasgos generales del comercio venezolano se pueden resumir brevemente. En cuanto a las exportaciones, Venezuela sigue dependiendo en gran medida de las exportaciones hacia países industrializados y Estados Unidos en particular. Apenas se ha producido, si acaso, algún cambio marginal hacia otros mercados, pero éste sigue siendo extremadamente limitado. Éste es el punto débil del comercio de Venezuela tanto desde el punto de vista estratégico como con respecto a la necesidad inmediata de confrontar la crisis financiera internacional. Es imposible en el cortísimo lapso del que dispone el país para hacer frente a la crisis económica, el cual es cuestión de meses, diversificar la estructura de exportaciones en forma suficiente para compensar la caída del valor de la demanda de las exportaciones venezolanas que ocurrirá en Estados Unidos; es decir, no es posible encontrar otros mercados de exportación con la rapidez suficiente para compensar la caída de la demanda desde Estados Unidos. Por consiguiente, se infiere que cualquier programa para enfrentar la crisis económica, en relación con la demanda, debe centrarse en impulsar la economía interna.

        En el área de las importaciones, la situación es mucho más satisfactoria. La política de importación que ha seguido el presidente Chávez va acorde tanto con las principales tendencias del desarrollo de la economía mundial en el período reciente, según las cuales una proporción creciente del comercio mundial proviene de los países en desarrollo, como con el objetivo de integración latinoamericana.


       Por consiguiente, las tendencias de la estructura de importaciones de Venezuela son positivas tanto desde el punto de vista estratégico como de la meta más inmediata de enfrentar la crisis.

 
       Considerando las exportaciones e importaciones en conjunto, se observa que la estructura del comercio venezolano ha mejorado durante los últimos diez años. Hace una década, Venezuela básicamente exportaba su petróleo hacia Estados Unidos e importaba bienes desde ese país. Es decir que Venezuela, en esencia, intercambia petróleo por bienes producidos en Estados Unidos.


      Esta estructura comercial no diversificada no era sana y dejaba a Venezuela peligrosamente expuesta a los avatares de la economía estadounidense, un peligro que quedó claramente en evidencia en la situación actual, pues el centro de la crisis económica mundial está en Estados Unidos.


       Hoy en día, por el contrario, Venezuela básicamente exporta su crudo hacia Estados Unidos, pero importa bienes desde América Latina y el Caribe y Asia. Por lo tanto, en la nueva estructura del comercio, Venezuela intercambia su petróleo por bienes de América Latina y el Caribe y de las economías en desarrollo de Asia; el hecho de que este intercambio, en términos del flujo monetario, pase a través de Estados Unidos no debe ocultar la realidad esencial de que ahora, el patrón comercial de Venezuela es más sano.

     Por consiguiente, el comercio venezolano se ha desarrollado de acuerdo con las principales tendencias de la economía mundial y tiene una estructura mucho mejor que hace diez años, pero la debilidad principal que aún persiste y que tendrá un papel negativo en la crisis financiera, tal como ya se indicó, es la continua dependencia de las exportaciones hacia Estados Unidos; una situación que tardará un tiempo considerable en ser corregida.

 

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